Sin embargo, la Unión Transitoria de Empresas (UTE) en su comunicado de prensa (2) niega tal situación indicando que las dificultades se debieron a la detección de “la existencia de una zona conformada por un material de baja resistencia, con potencial riesgo de deslizamiento (…) que impone la necesidad de revisión del diseño, para reubicar las estructuras de hormigón para el desvío del río, y el vertedero de Cóndor Cliff”. Asimismo, el comunicado indica que se implementarán cambios en el diseño de la obra pero dentro del mismo monto de financiación de los bancos chinos ya aprobados. La información oficial es escasa y ambigua. En este contexto, FARN ha presentado un pedido de informes a la Secretaría de Energía, a fin de que aclare la situación.
Ahora bien, semejante error de construcción amerita la revisión del contrato con la china Gezhouba, principal empresa a cargo de la construcción, pero si se cae el contrato con la empresa, se cae el financiamiento de las obras (de un consorcio de tres bancos chinos) y, con ellas, el financiamiento del Belgrano Cargas. Esto se debe a la cláusula de cross-default que tiene el contrato de las represas. Se evidencia, nuevamente, que el principal interés, tanto del gobierno actual de Argentina como el anterior (y el futuro), está en el vínculo estratégico con China y no en la preservación de los recursos naturales o el impacto socio-económico del país.
Por lo pronto, frente a la reubicación de la estructura de hormigón, debe aplicarse el principio precautorio y frenarse la obra hasta tanto se presente un análisis exhaustivo de los riesgos que involucre estudios ambientales sobre el ecosistema, la flora, la fauna, las formaciones geológicas y el paisaje. También deberá convocarse a una audiencia pública para debatir los riesgos sociales y ambientales de esa “reubicación”.
Es importante recordar que la aprobación de la obra se dio a las apuradas ya que los organismos técnicos como el Instituto Argentino de Nivología y Glaciología (IANIGLA) y el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) no tuvieron tiempo suficiente de analizar los impactos ambientales. Los “errores” actuales son consecuencia directa de la ausencia de información y la celeridad con la que las autoridades han decidido avanzar con las represas a cualquier costo y con cualquier sacrificio.
El pueblo de Santa Cruz y de la Argentina tiene derecho a saber qué sucede. Por estos motivos, exigimos el inmediato cese en la construcción de las represas hasta tanto se presenten estudios ambientales independientes y adecuados.
1 Para más información: aquí y aquí.
2 Comunicado de prensa de UTE