Desde 2014, Argentina firmó más de 18 acuerdos bilaterales con China en pos de la generación de ingresos para obras de infraestructura y transporte. Son convenios basados en la extracción de materias primas, minerales y generación de energía, de los que se beneficia a la parte china con la adquisición directa y condiciones preferenciales contractuales. Estas cuestiones generan preocupación por la simplificación de procedimientos y licencias sociales, un beneficio que se distingue del tratamiento de otro tipo de inversión. De este modo, China se convirtió en el principal socio comercial de Argentina, siendo este país el receptor del 8% de las exportaciones argentinas; mientras que el 19% de las importaciones argentinas provienen de China, y en su mayoría son productos industrializados. En un contexto de dificultad de acceso al financiamiento internacional, tal y como sucedió en 2014, los bancos chinos se convirtieron en uno de los principales prestamistas del Estado argentino con un total de US$ 18.200 millones. En este sentido, no es un dato menor que el 23% de las reservas del Banco Central de Argentina se sostienen a través de un swap financiero con el Banco Central de China.
Río Santa Cruz
Frente a este contexto, la sociedad civil expresa su preocupación por las irregularidades en el respeto y garantía de los DD.HH. por parte de operadoras y subsidiarias chinas en la República Argentina, con especial énfasis frente al Aprovechamiento Hidroeléctrico Cóndor Cliff – Barrancosa en el río Santa Cruz, financiado por el China Development Bank Corporation (CDB), Industrial and Commercial Bank of China Limited (ICBC) y el Bank of China Limited (BoC). Dicho proyecto se encuentra en la fase de implantación de facilidades y será construido por la Unión Transitoria de Empresas (UTE) – Represas Patagonia, consorcio integrado por la empresa China Gezhouba Group Corporation (CGGC), institución dependiente del Estado chino y las empresas argentinas Hidrocuyo S.A y Electroingeniería S.A.
El proyecto está orientado al aprovechamiento hidroeléctrico del río Santa Cruz, el cual permitirá la generación de 1.310 MW, es decir, un 5% de la matriz energética nacional. Por su propia envergadura, este se ha convertido en el tercer proyecto hidroeléctrico más importante del país y el más grande en ser financiado y construido por entidades chinas fuera del gigante asiático. El proyecto costará US$ 4.700 millones, lo que representa el 1% del PBI argentino. Además, se pueden apreciar los condicionamientos del financiamiento chino frente al Estado argentino y su tratamiento preferencial en el contrato de financiamiento de las represas, el cual incluye una cláusula de cross default con el ferrocarril Belgrano Cargas, por tanto, al cancelarse el aprovechamiento hidroeléctrico tampoco se financiaría un proyecto de transporte en el extremo norte de Argentina.
Sobre esta EIA, en junio de 2017, se expidieron otros organismos estatales vinculados a cuestiones ambientales, culturales y sociales, indicando la necesidad de mayores estudios y tiempo para evaluar el impacto. Entre los comentarios, se destaca la posición del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) respecto a la falta de profundidad en el análisis del impacto sobre el Campo de Hielo Patagónico Sur, situación que también ha sido denunciada por científicos a nivel internacional.
Al respecto, el Congreso Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declaró al ecosistema del río Santa Cruz como irremplazable. La modificación de su cauce para dar viabilidad al funcionamiento de las represas afectará la dinámica del sistema hidrológico, el Lago Argentino y, en consecuencia, al Campo de Hielo Patagónico Sur, donde se encuentran los glaciares Perito Moreno, Spegazzini y Upsala, sitios declarados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, siendo esta la tercera extensión de hielo de mayor tamaño en el mundo y la mayor de todas de carácter continental no polar con acceso terrestre.
Por tanto, este proyecto no sólo compromete un ecosistema natural de alto valor de preservación, sino que además constituye una amenaza para el acceso al agua de generaciones futuras, en contradicción con la Declaración sobre las Responsabilidades de las Generaciones Actuales para con las Generaciones Futuras de la UNESCO. Cabe agregar que el área donde se realizará el proyecto es fundamental para la vida de diversas especies, en particular, es vital para mantener una importante población de Macá Tobiano (ave endémica de Argentina y en peligro de extinción).